23 de febrero de 2024 — Como candidata independiente de LaRouche al Senado de Estados Unidos, condeno la decisión de mi gobierno de vetar, una vez más, una resolución a favor de un alto al fuego en el ataque genocida de Israel contra el pueblo palestino. El ataque que Hamás llevó a cabo el 7 de octubre del 2023 fue una atrocidad que no puede justificarse y que también debe condenarse. Sin embargo, ninguna tragedia, sea cual sea su magnitud, puede servir de excusa para cometer un genocidio, que es lo que está ocurriendo ahora en Gaza, donde hay más de 100.000 palestinos muertos, heridos o desaparecidos, y donde más del 90% de los niños menores de cinco años están desnutridos e infectados con una o más enfermedades. Si no se pone freno a esta situación, cientos de miles de personas morirán pronto de enfermedades e inanición.

En condiciones tan horrendas, es difícil concentrarse en algo más que poner fin a la masacre, liberar a los rehenes y aportar ayuda humanitaria masiva. Pero eso, por sí solo, no hace justicia a los más de 10.000 niños palestinos y los 36 niños israelíes cuyas vidas se vieron truncadas a partir del 7 de octubre por una violencia en la que no tuvieron nada que ver.

La única salida a esta tragedia es el futuro. ¿Pueden imaginar cómo serán las naciones de Palestina e Israel dentro de un siglo? ¿Serán cada una de ellas el hogar de más de 50 millones de individuos prósperos y altamente educados que vivan uno al lado del otro en un amor fraternal? ¿Por qué no? ¿Acaso esta región del sudoeste de Asia no alberga tres religiones monoteístas, cada una de las cuales ha contribuido al desarrollo de la humanidad en su conjunto? ¿Por qué habría de desear alguien la destrucción de sus hermanos y hermanas en Dios?

Por eso he manifestado mi apoyo incondicional al Plan Oasis de Lyndon LaRouche para desarrollar esta región a partir de los últimos avances de la ciencia y la industria, lo que crearía las condiciones para el futuro antes descrito.

Por favor, tómate 15 minutos para ver el impactante video sobre el proyecto y firma el llamado del Instituto Schiller apoyándolo.

Que nuestro grito de guerra sea: ¡Alto al fuego, ya! ¡Plan Oasis ya!

Los futuros habitantes de las bellas y modernas ciudades de Palestina e Israel nos lo agradecerán.

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